viernes, 22 de abril de 2011

Introducción sobre Mario Vargas Llosa




Jorge Mario Pedro Vargas Llosa  nacido en Arequipa (Perú)  el 28 de marzo de 1936, marqués de Vargas Llosa, más conocido como Mario Vargas Llosa, es un escritor en lengua española, uno de los más importantes novelistas  contemporáneos. 
Peruano de nacimiento, cuenta también con nacionalidad española, que obtuvo en 1993.
 Su obra ha cosechado numerosos premios, entre los que destacan el Nobel de Literatura en 2010, «por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota»; el Premio Cervantes obtenido en  1994 y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras obtenido en 1986, entre otros. Al igual que otros autores latinoamericanos, ha participado en política, siendo defensor de las políticas neoliberales implantadas en América Latina. Fue candidato a la presidencia del Perú en 1990 por la coalición política de centroderecha Frente Democrático(Fredemo).

Biografía

Vargas Llosa nació en el seno de una familia de clase media  y criolla en la ciudad de Arequipa, en el sur del Perú. Fue el único hijo de Ernesto Vargas Maldonado y de Dora Llosa Ureta, quienes se separaron meses antes de su nacimiento para divorciarse luego del mismo, de mutuo acuerdo. Poco después de que Mario naciera, su padre reveló que tenía una relación con una mujer alemana y, como resultado de dicha unión nacieron dos medio  hermanos menores del escritor: Enrique y Ernesto Vargas (el primero falleció de leucemia a los once años de edad; el segundo es abogado y ciudadano estadounidense).


Padres de Mario Vargas Llosa

Mario vivió con su familia materna en Arequipa hasta un año después del divorcio de sus padres, momento en que su abuelo Pedro J. Llosa Bustamante se trasladó con toda su familia a Bolivia, donde había conseguido un contrato para administrar una hacienda algodonera cercana a Cochabamba. En dicha ciudad pasó Mario los primeros años de su niñez, junto con su madre y la familia de esta, cursando estudios primarios en el Colegio La Salle, hasta el cuarto grado.  Hasta los diez años, se le hizo creer que su padre había fallecido, ya que su madre y su familia no querían explicarle que se habían separado.

Al iniciarse el gobierno del presidente José Luis Bustamante y Rivero en 1945, su abuelo (que era pariente del presidente) obtuvo el cargo de prefecto del departamento de Piura, por lo que la familia entera regresó a Perú. Los tíos de Mario se establecieron en Lima, mientras que Mario y su madre siguieron al abuelo a la ciudad de Piura. Allí Mario continuó sus estudios de primaria en el Colegio Salesiano Don Bosco, cursando el quinto grado y donde hizo amistad con uno de sus compañeros, Javier Silva Ruete, quien tiempo después sería ministro de economía.

A fines de 1946 o principios de 1947, y cuando contaba con diez años de edad, Mario se encontró con su padre por primera vez en Piura. Sus padres restablecieron su relación y se trasladaron a Lima, instalándose en Magdalena del Mar, un distrito de clase media. Luego se trasladaron a La Perla, en el Callao, donde vivieron en una pequeña casa aislada. Los fines de semana Mario solía visitar a sus tíos y primos que vivían en el barrio de Diego Ferré, en el distrito de Miraflores, donde hizo muchos amigos y donde tuvo sus primeros enamoramientos. 




En Lima estudió en el Colegio La Salle, de la congregación Hermanos de las Escuelas Cristianas, de 1947 a 1949, cursando el sexto grado de primaria en 1947, y los dos primeros años de secundaria de 1948 a 1949. La relación con su padre, siempre tortuosa, marcaría el resto de su vida. Por años, guardó hacia él sentimientos entremezclados, como el temor y el resentimiento, debido a que durante su niñez debió soportar violentos arrebatos de parte de su padre, además de un resentimiento hacia la familia Llosa y grandes celos para con su madre; pero, sobre todo, a causa de la repulsión de su padre hacia su vocación literaria, que nunca llegó a comprender.


A los 14 años, su padre lo envió al Colegio Militar Leoncio Prado, en el Callao, un internado donde cursó el 3º y el 4º año de educación secundaria, entre 1950 y 1951. Allí soportó una dura disciplina militar, y, según su testimonio, fue la época en la que leyó y escribió «como no lo había hecho nunca antes», consolidando así su precoz vocación de escritor. Sus lecturas predilectas fueron las novelas de los escritores franceses Alejandro Dumas y Víctor Hugo. Entre sus profesores figuró el poeta surrealista César Moro, quien por un tiempo le dio clases de francés.

Durante las vacaciones veraniegas de 1952, Vargas Llosa empezó a trabajar como periodista en el diario limeño La Crónica donde se le encomendaron reportajes, notas y entrevistas locales. Ese mismo año se retiró del colegio militar y se trasladó a Piura, donde vivió con su tío Luis Llosa (el “tío Lucho”) y cursó el último año de educación secundaria en el colegio San Miguel de Piura. Simultáneamente trabajó para el diario local, La Industria, y presenció la representación teatral de su primera obra dramatúrgica, La huida del Inca, en el teatro «Variedades».


En 1953, durante el gobierno de Manuel A. Odría, Vargas Llosa ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudió Derecho y Literatura. Participó en la política universitaria a través de Cahuide, nombre con el que se mantenía vivo el Partido Comunista Peruano, entonces perseguido por el gobierno, contra el que se opuso a través de los órganos universitarios y en fugaces protestas en plazas. Poco tiempo después se distanció del grupo y se inscribió en el Partido Demócrata Cristiano de Héctor Cornejo Chávez, esperanzado en que dicho partido lanzara la candidatura de José Luis Bustamante y Rivero quien, por aquel entonces, regresaba del exilio. Dicha expectativa no se cumplió. Durante este tiempo, trabajó como asistente del renombrado historiador sanmarquino Raúl Porras Barrenechea en una obra que nunca llegó a concretarse: varios tomos de una monumental historia de la conquista del Perú.

Julia Urquidi Illanes 
En 1955, a la edad de 19 años, contrajo matrimonio con Julia Urquidi, su tía política por parte materna, quien era 10 años mayor. Debido al rechazo que este acto causó en su familia, se vieron forzados a separarse durante un tiempo estando recién casados. Para lograr mantener una vida en común, el joven Mario, ayudado por Porras Barrenechea, consiguió hasta siete trabajos simultáneos: como asistente de bibliotecario del Club Nacional, escribiendo para varios medios periodísticos e incluso catalogando nombres de las lápidas del Cementerio Presbítero Matías Maestro de la ciudad de Lima; finalmente ingresó a trabajar como periodista en Radio Panamericana, aumentando consideradamente  sus ingresos. 


Mario y su mujer , recién casados.



Por entonces Vargas Llosa empezó con seriedad su carrera literaria con la publicación de sus primeros relatos: El abuelo (en el diario El Comercio el  9 de diciembre de 1956) y Los jefes (en la revista Mercurio Peruano el  febrero de 1957). 
A fines de 1957 se presentó a un concurso de cuentos organizado por La Revue Française, una importante publicación francesa dedicada al arte. Su relato titulado El desafío obtuvo el primer premio, que consistía en quince días de visita en París, hacia donde partió en enero de 1958. Su estadía en la capital de Francia se prorrogó durante un mes, antes de retornar a Lima. Ese mismo año se graduó de bachiller en Humanidades en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a mérito de su tesis sobre las «Bases para una interpretación de Rubén Darío». Fue además considerado como el alumno sanmarquino más distinguido de Literatura, por lo que recibió la beca «Javier Prado» para seguir cursos de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, en Madrid, España. 
Antes de partir hacia Europa, hizo un corto viaje por la Amazonía peruana, experiencia que después le serviría para ambientar algunas de sus novelas en dicho espacio geográfico.






Mario y Patricia.
En 1960, luego de que culminara su beca en Madrid, Vargas Llosa se mudó a Francia con la impresión de que iba a obtener una beca para estudiar ahí; sin embargo, habiendo llegado a París se enteró que su solicitud había sido denegada. A pesar del inesperado estado financiero de Mario y Julia, la pareja decidió quedarse en París donde Vargas Llosa comenzó a escribir de forma prolífica. 
Su matrimonio duró algunos años más, pero terminó en divorcio en 1964. Un año después, Vargas Llosa se casó con su prima, Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos: Álvaro Vargas Llosa (1966), escritor y editor; Gonzalo (1967), empresario; y Morgana (1974), fotógrafa.


Vargas Llosa y su mujer, Patricia, en Granada.


Alvaro, hijo de Mario y Patricia.
En la capital francesa, terminó de escribir La ciudad y los perros y allí, a través del hispanista Claude Couffon, entró en contacto con Carlos Barral, director de la editorial Seix Barral. La novela consiguió en 1962 el «Premio Biblioteca Breve» y se publicó al año siguiente en la editorial barcelonesa. 
En 1966, durante la lectura que hizo de La casa verde, la entonces solo responsable de derechos de la editorial, Carmen Balcells, decidió proponerse al escritor para convertirse en su agente literario. Lo animó a centrarse exclusivamente en la literatura y le consiguió sustento económico durante el tiempo que durase la redacción de Conversación en La Catedral, a condición de que el contrato con la editorial lo hiciese ella. A partir de ese momento, se convirtió en su agente y llegó a conseguirle contratos extraordinarios.

En 1971, bajo la dirección del profesor Alonso Zamora Vicente, obtiene un Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid con la calificación de Sobresaliente cum laude defendiendo su tesis doctoral titulada García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa, luego publicada bajo el título García Márquez: historia de un deicidio.También en los años 1970 fue jurado del Festival de Cannes de 1976.


En 1983 su ex esposa Julia Urquidi publicó sus memorias tituladas Lo que Varguitas no dijo en respuesta a la novela La tía Julia y el escribidor las cuales se basan en la relación entre Vargas Llosa y su primera esposa.




jueves, 21 de abril de 2011

Obra


Narrativa

Mario Vargas Llosa ha sido definido como el más completo narrador de su generación y una figura destacada de la literatura hispanoamericana.Representante ideal del espíritu literario del Boom Latinoamericano, pues nació literariamente con él y ayudó a definirlo y a identificarlo con una nueva generación de escritores,su obra narrativa se caracteriza por la importancia de la experimentación técnica, aspecto por el que es valorado como un maestro de la composición novelística y en el que se ha desempeñado como un notable innovador de posibilidades narrativas y estilísticas.



Desde el punto de vista temático, sus novelas tratan del contraste  entre lo histórico y lo estructural, como así lo expresa el título de varias de sus novelas (La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en la catedral), en las que la presencia de estructuras demuestra el interés casi obsesivo que el autor tiene por éstas. Asimismo, en cuanto a los tonos, su obra presenta las características más variadas, desde el humor y la comicidad hasta la caída trágica.


Por otra parte, el hecho de que el grueso de su producción literaria la haya realizado desde el extranjero, explica el tranquilo retroceso  que domina buena parte de la misma, así como la reconstrucción constante que hace de vivencias íntimas o colectivas del Perú como base de su ficción, salvo algunas excepciones como La guerra del fin mundo y algunas de sus últimas novelas.


En cuanto a sus modelos literarios hay que citar, por un lado, a la novela de caballerías Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, y a Cien años de soledad, de García Márquez, ambas como ideales del concepto de novela total (la que funde lo real con lo irracional y el mito); por otro, son imprescindibles para Vargas Llosa dos escritores en especial: Flaubert, como modelo de la literatura como vocación, de la utilización de la realidad como pozo sin fondo para encontrar contenidos y temas (la mediocridad del ser humano, la violencia y el sexo), como modelo, también, de la importancia de una estructura narrativa rigurosa y de un narrador impasible ante los hechos narrados, etc.; y Faulkner, tanto en lo que respecta a temas y ambientes, como a rasgos formales, especialmente, el multiperspectivismo, los saltos en el tiempo, el uso de varios narradores en vez del omnisciente, la retención de información, el uso de historias paralelas, etc.


Por su parte, el propio Vargas Llosa ha ejercido una importante influencia en escritores posteriores, especialmente, por ejemplo, en los autores peruanos Luis Urteaga Cabrera y Jorge Eduardo Benavides.




Trayectoria narrativa

Los inicios literarios de Vargas Llosa fueron el estreno en Piura, cuando tenía 16 años, de una obra de teatro, hoy probablemente perdida, titulada la La huida del Inca, y algunos cuentos publicado en Lima en diversos medios.

En Lima, la presencia literaria dominante era la de los narradores de la llamada generación del 50. Aunque finalmente se distanciaría de ellos, el grupo estimuló su vocación literaria con su visión realista de la sociedad peruana, especialmente la de Lima. 

Con ellos, aprendió a cultivar el realismo urbano, de clara intención social y testimonial, a veces inspirado en la escuela narrativa norteamericana, el neorrealismo literario y cinematográfico italiano y las ideas del «compromiso» desarrolladas por Sartre. Estos influjos son visibles en los cuentos juveniles de Vargas Llosa y aun en sus primeras novelas.



Luego, la ruptura con los criterios estéticos de esa generación se produce sobre todo en el plano técnico y en la resistencia de Vargas Llosa a defender en sus obras tesis o propuestas ideológicas de determinado signo. Así, la novedad básica que introduce con sus obras es

la ruptura del modelo de representación naturalista y del esquema intelectual algo simplista en el que se apoyaba el documentalismo de ese grupo. La misma evolución de las novelas del autor demostraría su rápida independencia estética, estimulada por su experiencia europea y el descubrimiento de otras formas y propuestas.

La crítica tiende a distribuir su obra narrativa en tres grupos:

En un primer grupo estarían sus obras iniciales: Los jefes, Los cachorros, La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en la catedral. Aunque se trata de narraciones muy diversas en intención, asunto y formas (y, de hecho, cada obra constituye una intensificación de la complejidad técnica y de contenido respecto de la anterior), presentan una incuestionable unidad en cuanto a la complejidad del proyecto y a la visión narrativa que proponen.

A partir de 1973, con la publicación de Pantaleón y las visitadoras, Vargas Llosa inicia una fase marcada por una actitud cuestionadora tanto de los grandes problemas de la sociedad latinoamericana moderna (en especial, los referidos a Perú, en un momento crítico de su historia), como las del arte narrativo con el que intenta representarlas. Así, y de una forma evidente, se aprecia una moderación de su afán totalizante y una tendencia a la plasmación de historias generalmente menos complejas y dentro de unos márgenes más restringidos, aunque sin prescindir de recursos técnicos esenciales para él como el efecto de contraste que permite el desarrollo paralelo de dos o más historias. Con todo, publica en esta fase una obra, La guerra del fin del mundo, que constituye no solo una excepción a estos rasgos generales de la misma (es la obra de mayor ambición y trascendencia del período), sino la primera incursión de Vargas Llosa fuera de la realidad física o histórica de su país.



Desde finales de los setenta, además, su reflexión como narrador aborda especialmente la relación entre lo real y su trasposición literaria, esto es, la, así llamada por él, «verdad de las mentiras», o la constatación de que la palabra crea un mundo propio que se parece a la realidad externa, pero que tiene sus propias reglas y «verdades».


En consecuencia, todos estos rasgos se manifiestan de una u otra manera, en otros dos grupos de obras:

Por un lado, en una serie de novelas de tema político, como La guerra del fin del mundo, Historia de Mayta, Lituma en los Andes, La fiesta del ChivoL, etc.;
Por otro, en una serie que empieza con Pantaleón y las visitadoras, y en la que aborda tanto temas centrados en la reelaboración de experiencias más privadas (La tía Julia y el escribidor...) o de modelos clásicos de novela policiaca (¿Quién mató a Palomino Molero?...) o erótica (Elogio de la madrastra...).




Obras

Su primer libro publicado fue una colección de cuentos titulada Los Jefes (encabezada por el relato del mismo nombre), que obtuvo el premio Leopoldo Alas  en 1959.


Su primera novela, La ciudad y los perros, fue publicada en 1963. La obra se desarrolla en medio de una comunidad de cadetes en una escuela militar en Lima y la trama está basada en las propias experiencias del autor en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima. Esta prematura obra adquirió la atención general del público así como un éxito inmediato. Su vitalidad y hábil uso de técnicas literarias sofisticadas impresionó de inmediato a los críticos, y ganó así el Premio de la Crítica Española.


En 1966 publicó su segunda novela, La casa verde, acerca de una casa-burdel del mismo nombre cuya presencia en Piura afecta las vidas de los personajes. La trama se centra en Bonifacia, una chica de origen aguaruna que es expulsada de un convento para transformarse luego en «la selvática», la prostituta más conocida de «La casa verde». La novela obtuvo de inmediato una entusiasta recepción por parte de la crítica, que confirmaba a Vargas Llosa como una importante figura de la narrativa latinoamericana.


La tercera novela de Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, fue publicada en 1969, a la edad de 33 años. En 1971, Vargas Llosa publicó García Márquez: historia de un deicidio, que había sido su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid. Dicha tesis fue posteriormente publicada como un libro. Después de la publicación de la monumental obra Conversación en La Catedral, la producción de Vargas Llosa se distanció de los temas de mayor seriedad, como son la política y los problemas sociales. El especialista en literatura latinoamericana, Raymond L. Williams, describe esta fase de su carrera literaria como «el descubrimiento del humor». Su primer intento de escribir una novela satírica fue Pantaleón y las visitadoras, obra publicada en 1973.



En 1977, Vargas Llosa publicó La tía Julia y el escribidor, basado en parte en el matrimonio con su primera esposa, Julia Urquidi, a quien dedicó la novela. En 1981, publicó su cuarta novela más importante, La guerra del fin del mundo, la cual fue su primer intento de una novela histórica.Esta obra inició un cambio radical en el estilo de Vargas Llosa hacia temas como el mesianismo y la conducta irracional humana. Esta novela tiene lugar en las profundidades del sertao brasileño del siglo XIX y se basa en hechos auténticos de la historia del Brasil: la revuelta antirrepublicana de masas milenaristas sebastianistas guiadas por el taumaturgo iluminado Antonio Conselheiro en el pueblo de Canudos.


Tras un período de intensa actividad política, Vargas Llosa volvió a ocuparse en la literatura con su libro autobiográfico El pez en el agua  en 1993, Los cuadernos de don Rigoberto  en 1997, y El paraíso en la otra esquina  en 2003. Otro trabajo destacable es un ensayo que resume el curso que dictó en la Universidad de Oxford sobre la novela Los Miserables de Victor Hugo.
 La novela La Fiesta del Chivo  en 2000 fue llevada al cine de la mano de su primo Luis Llosa en la película homónima. 
 también en  mayo de 2006, presentó su novelaTravesuras de la niña mala.


El 3 de noviembre de 2010, la editorial Alfaguara publicó El sueño del celta, última novela de Vargas Llosa sobre la vida de Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga y en Perú, que entre 1903 y 1911 se dedicó a investigar y a denunciar las atrocidades (explotación salvaje, torturas y genocidio), del régimen de Leopoldo II en el país africano en el Congo y de la compañía C. Arana y de la británica Peruvian Rubber Companyen en la remota selva del Putumayo peruano.

miércoles, 20 de abril de 2011

Novelas y relatos de Mario Vargas Llosa


Los Jefes, 1959


Seis relatos que giran en torno al fenómeno de la violencia como reacción solidaria o rebelión gratuita frente a un entorno agresivo. En los seis se descubren esbozos argumentales y apuntes de personajes que alcanzarán su pleno despliegue en las grandes novelas posteriores de Vargas Llosa. 








La ciudad y los perros, 1963

Los cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado se inician en la obediencia del código castrense, pero también en otro código, el de la hombría, que necesita de la humillación, del sacrificio, de la aceptación de la violencia como conducta necesaria y prescrita: devorar para no ser devorado. El autor fija su mirada en la jerarquía piramidal que impera en el colegio, microcosmos de la sociedad limeña, donde la traición, la violencia, la explotación y la degradación humanas son la garantía para que cada estrato conserve sus privilegios. Todas las contradicciones de la sociedad peruana afloran en este retrato social y político que pone de manifiesto la corrupción y la brutalidad de la sociedad latinoamericana.





La casa Verde, 1965


La vida tranquila de los piuranos se ve estremecida por la llegada de don Anselmo, fundador de un prostíbulo en mitad del desierto. Esta es apenas una historia de las numerosas trenzadas en esta novela. Están además, la de Fushía, bucanero fugitivo, señor de los indígenas, domeñador de un mundo salvaje, que nos es contada a lo largo de su viaje con el viejo Aquilino; la de los Inconquistables, personajes de la picaresca piurana, la del sargento Lituma, la de las gentes de Santa María de Nieva, la de Jum el aguaruna rebelde, la del práctico Nieves, la de las Madres de la Misión de Santa María... El relato, que se mueve en tiempos y planos distintos, desde el inmediato acontecer hasta el remoto recuerdo y la pura imaginación de los personajes, tiene, a su vez, varios escenarios simultáneos: desde el barrio la Mangachería, suburbio al borde del desierto sobre el que llueve arena todas las noches, hasta una zona de la Amazonia poblada por aventureros y caucheros.



Los cachorros, 1967



Con esta historia, centrada en un grupo de muchachos miraflorinos de los años cincuenta, uno de los cuales es castrado por un perro -de ahí el apodo-, Vargas Llosa no sólo despliega fuegos de artificio técnicos, sino que profundiza en la psicología del protagonista y de quienes le rodean. La narración apela a temores arquetípicos (la castración) y a sus consecuencias, más desgarradoras en una sociedad patriarcal y machista, recubierta sólo superficialmente por los criterios de la modernidad.








Conversación en La Catedral, 1969


Una novela política, o mejor, de historia política, donde se analizan, a lo largo de una compacta trenza de vidas privadas, -periodistas, prostitutas, matones, políticos y militares durante la dictadura peruana del general Manuel Apolinario Odría (1948-1956)-, los mecanismos mentales y morales que rigen las costumbres del poder y las distintas retóricas de quienes lo ejercen o lo envidian. Pero, sobre todo, en este libro comparecen las vidas de unos personajes a los que la historia ha encerrado en un laberinto. El texto se compone de cuatro bloques o "libros" estilísticamente diferenciados, a lo largo de los cuales discurre el nervio principal, constituido por la conversación entre Santiago y Ambrosio que da título a la novela.







Pantaleon y los Visitadores, 1973


Novela llena de humor, que es también una crítica demoledora de dos instituciones continentales: el ejército y el prostíbulo. Pantaleón Pantoja, un capitán del ejército recientemente ascendido, recibe la misión secreta de establecer un servicio de prostitución para las fuerzas armadas del Perú. Estricto cumplidor del deber, Pantaleón se traslada a Iquitos, en plena selva, para llevar a cabo su cometido, pero se entrega a esta misión con tal obcecación que termina por poner en peligro el engranaje que él mismo ha puesto en movimiento.








La tía Julia y el escribidor, 1977


El personaje central, "Marito" o "Varguitas", un joven "medio intelectual" con problemas familiares, se educa para ser hombre y escritor en la Lima neblinosa de los años cincuenta. Pero, como suele ocurrir en las grandes comedias, detrás de la insigne y finalmente enloquecida cursilería del escribidor Pedro Camacho -autor de radioteatros y personaje clave en la novela- se descubre una profunda indagación sobre la literatura, sus parámetros y su sentido. Mientras el delirante escribidor va desordenando el mundo, el joven Varguitas, envuelto en un tórrido romance, intenta ordenar el suyo









La Guerra del fin del mundo, 1981


El centro de esta novela es un hecho histórico: la insurrección popular, de carácter religioso, que tuvo lugar a fines del siglo XIX en las tierras del Nordeste brasileño. El eje de la obra es un personaje enigmático, el Consejero, mostrado siempre en forma alusiva y oblicua, que crea, a partir de varios grupúsculos iniciales, una vasta sublevación de desheredados. A su alrededor se mueven otros personajes concebidos como vehículos de intereses o ideales contrapuestos: la vieja aristocracia feudal y legitimista, los políticos que entretejen una malla de dobles tramas, la milicia profesional y, en calidad de testigos, dos seres solitarios, un frenólogo idealista adscrito a las ideas libertarias y un periodista que, como intelectual, sólo podrá rescatar su experiencia poniéndola por escrito.







Historia de Mayta, 1984


Novela de corte histórico, que constituye a la vez, una indagación y un apólogo. En un Perú degradado, de horizonte sombrío, el narrador reconstruye, a través del testimonio de quienes le conocieron, la historia del trotskista Alejandro Mayta, protagonista de una enloquecida intentona revolucionaria y preso varias veces en circunstancias confusas. Al término de la encuesta, la confrontación con la realidad sitúa en su exacto punto de mira esta ácida historia quijotesca, versión lúcida, amarga y tragicómica de los maximalismos revolucionarios del continente latinoamericano.







¿Quién mató a Palomino Molero?, 1986


Bajo el ardiente sol piurano, cuelga de un árbol el cadáver cruelmente torturado de un joven avionero. El teniente Silva y el guardia Lituma emprenden la búsqueda del asesino. Con gran destreza, Vargas Llosa crea una intensa novela policial cuyo atractivo no se agota en la solución del crimen. Aunque las pistas pronto apuntan en una dirección precisa, el interés en la obra, en vez de disminuir, se acrecienta. Una particular tensión recorre la historia, creando una atmósfera irreal que deslumbra y atrapa al lector en una urdimbre de prejuicios, desigualdades, abusos e incomprensiones que conforman el tejido social de un país.






El Hablador, 1987


Dos voces se alternan para relatarnos el anverso y reverso de una historia singular. Por una parte, el narrador evoca sus recuerdos de un compañero de juventud, apodado Mascarita, que siente fascinación por la cultura amazónica. Por la otra, un anónimo contador ambulante de historias -un "hablador"-, viviente memoria colectiva de los indios machiguengas de la Amazonia peruana, nos narra, en un lenguaje de desusada poesía, su propia existencia y la historia y mitos de su pueblo. La confluencia final de los dos relatos que revelan una secreta unidad, muestra las misteriosas relaciones de la ficción con las sociedades y con los individuos, su razón de ser, sus mecanismos y sus efectos en la vida.




Elogio de la madrastra, 1988
Una red sutil de perversidad va enredando y ensombreciendo poco a poco las extraordinarias armonía y felicidad que unen a la sensual doña Lucrecia, la madrastra, a don Rigoberto, el padre, y al inquietante Fonchito, el hijo, cuya angelical presencia y anhelante mirada parecen corromperlo todo. Ilustrada con una selecta pinacoteca constituida por obras del Bronzino, Jordaens, Boucher, Tiziano, Fernando de Szyszlo, Francis Bacon y Fra Angelico.









Lituma en Los Andes, 1993


En un campamento minero de las montañas del Perú, el cabo Lituma y su adjunto Tomás viven en un ambiente bárbaro y hostil, bajo la constante amenaza de los guerrilleros maoístas de Sendero Luminoso. Lituma es un memorable personaje de otros libros de Vargas Llosa ("Los jefes", "La Casa Verde", "La tía Julia y el escribidor", "¿Quién mató a Palomino Molero?" y "La Chunga").












Los cuadernos de don Rigoberto, 1997


Los personajes del "Elogio de la madrastra" despiertan de su ensueño y vuelven a enfrentarse en esta novela que cambia de eje para ser monitoreada por don Rigoberto, tímido erotómano cincuentón, que vuelca en sus fantasías la frustración que le produce la separación de Lucrecia. La novela se deja conducir por el temible Fonchito, que con su inocente maldad va poniendo en jaque a su madrastra y al padre. La referencia a los dibujos, las pinturas, la vida y los deseos de Egon Schiele corre paralela al cuadro dramático de estos picarones burgueses bien aposentados en sus rutilantes vidas urbanas.









La fiesta del Chivo, 2000


Último capítulo, hasta el momento, de la clásica novela de dictadores latinoamericana, este libro aborda la dictadura del general de la República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo Molina, el Chivo, y la conjura que se gestó para asesinarlo. Llevan la voz contante, entre otros personajes históricos, el implacable general Trujillo y el sosegado y hábil doctor Balaguer, sempiterno presidente de ese país.











Diario de Irak, 2003

Masivas protestas ciudadanas, la opinión pública mundial en contra, negativas de muchos gobiernos... nada impidió la intervención angloestadounidense en Irak. Pero tras la batalla, más allá de las ruinas, el caos y la desolación, ¿cuál es el futuro que espera a los iraquíes? Mario Vargas Llosa viajó al escenario del conflicto, habló con líderes de opinión y gente de la calle, recogió testimonios... El resultado fue una magnífica serie de reportajes publicada en el diario El País de Madrid, que ahora se recoge en este libro junto a las fotografías de Morgana Vargas Llosa que la ilustraron.








El paraiso en la otra esquina, 2003


Dos vidas: la de Flora Tristán, que pone todos sus esfuerzos en la lucha por los derechos de la mujer y de los obreros, y la de Paul Gauguin, el hombre que descubre su pasión por la pintura y abandona su existencia burguesa para viajar a Tahití en busca de un mundo sin contaminar por las convenciones. Dos concepciones del sexo: la de Flora, que sólo ve en él un instrumento de dominio masculino y la de Gauguin, que lo considera una fuerza vital imprescindible puesta al servicio de su creatividad.

Así, Vargas Llosa nos propone dos lecturas, alternando episodios de un Gauguin en su etapa más "salvaje" y los de la reivindicativa Flora Tristán hacia los problemas del mundo obrero del siglo XIX. Libro de viajes, crónica histórica, ensayo sobre arte, biografía, novela... este libro ofrece al lector el resultado de novelizar a dos figuras reales del Arte con mayúsculas, cada uno en su campo, cuyas apasionantes historias podrían superar toda aventura del más pintado personaje de ficción.




Travesura de la niña mala, 2006

¿Cuál es el verdadero rostro del amor?



Ricardo ve cumplido, a una edad muy temprana, el sueño que en su Lima natal alimentó desde que tenía uso de razón: vivir en París. Pero el rencuentro con un amor de adolescencia lo cambiará todo. La joven, inconformista, aventurera, pragmática e inquieta, lo arrastrará fuera del pequeño mundo de sus ambiciones.


Testigos de épocas convulsas y florecientes en ciudades como Londres, París, Tokio o Madrid, que aquí son mucho más que escenarios, ambos personajes verán sus vidas entrelazarse sin llegar a coincidir del todo. Sin embargo, esta danza de encuentros y desencuentros hará crecer la intensidad del relato página a página hasta propiciar una verdadera fusión del lector con el universo emocional de los protagonistas.


Creando una admirable tensión entre lo cómico y lo trágico, Mario Vargas Llosa juega con la realidad y la ficción para liberar una historia en la que el amor se nos muestra indefinible, dueño de mil caras, como la niña mala. Pasión y distancia, azar y destino, dolor y disfrute… ¿Cuál es el verdadero rostro del amor?


El sueño del Celta, 2010

La aventura que narra esta novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916.

Aquí se cuenta la peripecia vital de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement. Héroe y villano, traidor y libertario, moral e inmoral, su figura múltiple se apaga y renace tras su muerte.


Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía sudamericana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo. Estos dos viajes y lo que allí vio cambiarían a Casement para siempre, haciéndole emprender otra travesía, en este caso intelectual y cívica, tanto o más devastadora. La que lo llevó a enfrentarse a una Inglaterra a la que admiraba y a militar activamente en la causa del nacionalismo irlandés.


También en la intimidad, Roger Casement fue un personaje múltiple: la publicación de fragmentos de unos diarios, de veracidad dudosa, en los últimos días de su vida, airearon unas escabrosas aventuras sexuales que le valieron el desprecio de muchos compatriotas.


El sueño del celta describe una aventura existencial, en la que la oscuridad del alma humana aparece en su estado más puro y, por tanto, más enfangado.


Una novela mayor de Mario Vargas Llosa.

Participación en la vida política

Como presidente del PEN Internacional, organización mundial de escritores, el 22 de octubre de 1976 envió una carta al dictador argentino Jorge Rafael Videla denunciando que fuerzas oficiales y comandos armados vestidos de civil habían perseguido intelectuales, secuestrándolos en sus casas y luego asesinándolos, torturándolos o haciendo desaparecer sin que se tengan noticias de su paradero. Señaló también que decenas de escritores, artistas y periodistas habían debido huir del país, por amenazas de muerte recibidas. Esta carta fue difundida por diversos medios periodísticos del mundo.


En la década de 1980, Vargas Llosa se volvió políticamente activo y causó sorpresa por sus posiciones liberales, ya que la intelectualidad de la época se caracterizaba por su perfil izquierdista.


En 1983 fue nombrado por el entonces presidente del Perú, Fernando Belaúnde Terry, presidente de la Comisión Investigadora del Caso Uchuraccay, cuya misión era aclarar el asesinato de ocho periodistas que habían viajado a la aldea para investigar anteriores masacres en Huaychao, en las que sospechaban que podían estar involucrados elementos de las Fuerzas Armadas del Perú. Pese a que la comisión presidida por Vargas Llosa exculpaba a los militares, más tarde se demostraría su implicación en los asesinatos y algunos, como el general Clemente Noel Morán, fueron procesados y condenados a varios años de cárcel.


En 1987, ante los intentos del gobierno aprista de Alan García de nacionalizar la banca peruana, Vargas Llosa se perfiló como líder político, encabezando la protesta contra esa acción. Inició su carrera política fundando el movimiento Libertad y se presentó como candidato a la Presidencia del Perú en 1990.


Durante gran parte de la campaña electoral, fue el candidato favorito. El súbito crecimiento de la popularidad de Alberto Fujimori, quien hasta 15 días antes de la elección aparecía con menos del 10% de las preferencias, forzó una segunda vuelta electoral en la cual Vargas Llosa fue derrotado. Después de las elecciones, se instaló en Madrid. El gobierno de Alberto Fujimori amenazó con quitarle la nacionalidad peruana, por lo que para evitar convertirse en un apátrida, a petición del escritor, el Gobierno español le concedió la nacionalidad española en 1993, sin que tuviera que renunciar a la peruana en virtud al convenio de doble nacionalidad vigente entre ambos países.


Vargas Llosa calificó en 1990 como la dictadura perfecta al sistema político mexicano, con el neoliberal Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en la presidencia de México, dado en el contexto de más de seis décadas de predominancia del PRI en el gobierno, lo que le valió a Vargas Llosa tener que salir rápidamente de México para evitar un problema político.


Ha sido un permanente crítico de las dictaduras y de aquellos gobiernos que considera autoritarios, cuestionándolos desde artículos periodísticos y declaraciones públicas.


En años recientes ha evolucionado políticamente a posturas ideológicas más liberales y mantiene vínculos con importantes ex dirigentes de laderecha de varios países como José María Aznar (ex presidente  del Gobierno español), Francisco Flores (ex presidente de la República de El Salvador) o Václav Havel (ex presidente de la República Checa).


El 29 de septiembre de 2007 participó en el acto de presentación del partido español Unión, Progreso y Democracia prestando su apoyo público a dicho partido, de cuya Fundación Progreso y Democracia fue nombrado patrono de honor.


Apoyó la candidatura presidencial del empresario chileno de derecha, Sebastián Piñera y, además, fue invitado para participar junto a la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en la inauguración del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en conmemoración de las víctimas en la dictadura militar de Augusto Pinochet. 


Hasta su renuncia irrevocable en setiembre de 2010, Vargas Llosa fue el Presidente de la Comisión de Alto Nivel para la constitución del Lugar de la Memoria del Perú, dedicado a la dignificación de las víctimas del conflicto armado interno de este país.


En abril de 2011, el escritor participó en las Elecciones generales del Perú manifestando que votaría por el candidato Alejandro Toledo1 (ex Presidente del Perú en el período 2001-2006), y advirtiendo además que sería castatrófico para su país una eventual victoria de Ollanta Humala o Keiko Fujimori.

martes, 19 de abril de 2011

Participación en los medios de comunicación

Mario Vargas Llosa publicó su primer artículo periodístico en el número 198 de la revista peruana Caretas en mayo de 1960. El 25 de julio de 1977 estrenó su columna Piedra de toque, la meditación desde el punto de vista de un escritor sobre el acontecer humano. Estas columnas han sido muy leídas y desde 1997 vienen siendo publicadas quincenalmente en Caretas, así como en más de 20 diarios y revistas de diferentes partes del mundo occidental. A lo largo de sus intervenciones en Piedra de Toque, el autor ha tratado los siguientes temas:

  1. Debates de actualidad: temas de reflexión abiertos
  2. Sobre todas las dictaduras: el escritor recuerda su animadversión hacia toda clase de dictaduras y su respeto por el proceso democrático
  3. Tratados de los efectos de la globalización y la democracia
  4. Ensayos sobre personajes contemporáneos
  5. Vargas Llosa según Vargas Llosa: escribe acerca de su obra y sus experiencias
  6. Temas culturales de diferentes países del mundo
  7. Temas acerca de la política del Perú:
    Durante el período 1990-2000: Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.Durante el período 2000-2001: Valentín PaniaguaDurante el período 2002-2006: Alejandro Toledo

Además de ser constantemente entrevistado por otros periodistas en la radio y la televisión, y de ser muchas veces invitado como colaborador o invitado especial en programas de televisión y de radio, Vargas Llosa tuvo su propio programa en la televisión peruana, titulado La torre de Babel.